martes, octubre 06, 2009

Asumiendo

Los recortes de libertad, al contrario de como se piensa, no van llegando paulatinamente desde las instituciones del estado, no llegan de las leyes que se aprueban, sino que llegan impuestas a si misma por la propia sociedad.

Se puede observar como por ejemplo algún político que argumenta una verdad molesta, o se sale del tiesto de lo 'políticamente correcto' o de lo 'correctamente político', véase Hugo Chávez, no hago con esto una declaración de apoyo en mi mención, es desprestigiado automáticamente por la propia sociedad, ya sea por una periódico internacional o en la barra de un bar, porque en alguna de sus declaraciones ha dicho una verdad, pero una verdad sin pulir, tal como es, tal como duele. Poquito a poquito, sin darnos cuenta, creamos un clima de falsa verdad. Como individuo se puede ser consciente que en tal institución se desvía cierta cantidad de dinero ilegalmente, pero ante el colectivo formado por los mismos individuos que conocen ésta realidad, esto no ocurre, es decir se silencia la situación de forma espontánea cuando se trata de una masa, no necesariamente formada por un excesivo número de personas. En el ámbito laboral ocurre con violencia, aunque se sepa que algo esta ocurriendo y que afecta a todos los empleados, se oculta por el colectivo, si se diera el caso de que una persona denunciara dicha situación, en un altísimo porcentaje esa persona será desprestigiada por sus propios compañeros de forma colectiva, aun sabiendo estos individualmente que tiene razón; oiga o se calla o va a la calle y sus compañeros mantener la boquita cerrada para no seguir su misma suerte.

Esta situación o similares se da en todos los ámbitos sociales de de países donde hay cierto nivel medio tanto económico como cultural, es uno de los síntomas de una forma de vida acomodada en el mas salvaje individualismo con lemas como "ande yo caliente..." o "salvese quien pueda...".

El bien colectivo se ha reducido a lo que a mi me afecta, el resto, eh señor no me cuente películas, jodase que a mi plin. De ésta forma, suavemente se van acallando las pocas bocas discrepantes que quedan, sin que el estado intervenga de una forma activa, se deja funcionar a la propia población mucho mas efectiva que la imposición estatal. Así se van generando leyes, prohibiciones y recortes que la propia sociedad demanda. Un ejemplo claro fue la ley seca en EEUU, la propia sociedad de forma masiva demandó al estado que se prohibiera el alcohol, sin embargo, durante los años de prohibición siendo ilegal la fabricación, tenencia, consumo y trafico, fue la época en la que mas alcohol se consumió en el país.

Los ideales que hacen seguir funcionando la armonía de Freedomland, fuera de esa maravillosa tierra, aquí fuera, en esta ruda realidad, fueron, son y serán utópicos...