martes, septiembre 06, 2005

Despertar

El sol entra por entre las rendijas de la persiana, justamente el haz marcado por el polvo, el mas notable de la estancia, esta atacando incesante mis ojos cerrados por el débil sueño que ya queda sobre las once de la mañana. Hoy es Domingo, único día de la semana que no tengo que amanecer con el sol para ir a cumplir el tercer grado que me impuso hace algún tiempo el dinero. Ayer compartí velada hasta altas horas, con un constante cubata y algún tesoro amigo, como cada Sábado. El despertar es suave, antes de abrir los ojos, he notado que estoy restablecido, el sueño pegajoso que se alía con un desagradable dolor de cuello cada mañana dominical no existe. Es uno de esos despertares optimistas que solo tengo una vez cada varias semanas, recuerdo esas mañanas muchos días después. El sentido individual del despertar. Pasando de largo el servicio, sin lavar la cara, acerco mi mirada hasta la terraza para notar el frescor característico del final del verano, comienza otoño, Septiembre es renovador, para mi siempre lo fue. Confirmo mi estado, la resaca hoy me ha dado tregua sin saber muy bien porque, destenso mi vejiga y el agua definitivamente desanubla mi estado, aunque de bienestar, aun somnoliento. Despunta un nuevo día, siempre los amaneceres me acompañaran tan brillantemente. Que me ha llevado a estos estados, sentir como especial algo, que hace años, era normal, la razón la encuentro en el pasado de este blog, en sus articulos. Deseos de despertar de un condenado por el etanol desde la utópica tierra del domingo sin resaca.