En el principio de la navegación, los polinesios recorrían grandes distancias en aquellas naves primitivas, juncos atados con cáñamo y frágiles velas abrazadas a una crucera de bambú. Eran atrevidos y osados, desafiaban los peligros del mar, muchos perecieron ahogados y otros deshidratados bajo un sol desconocido o de hambre. No existían cartas marinas, ni brújulas, ni instrumentos que dieran una mínima idea de la orientación o la posición, solo se servían de las estrellas, de su intuición. Navegaban días en deriva, todo a su alrededor, norte-sur, este-oeste, es agua, eterno elemento, estaban perdidos, desorientados, tenían sed y miedo, ansias por ver algo al final de aquel horizonte azul y despiadado. Era una sensación desesperante, de impotencia, padecían condiciones durisimas, entre ellos eran como hermanos y uno no sobrevivía sin los demás. Solo la esperanza y la fuerza de espíritu de esos hombres les hizo llegar a miles de kilómetros de su origen, nunca perdían el animo, eran luchadores de la vida, no se doblegaban ante lo desconocido. Ahora ellos deben ser mi punto de referencia, mi ejemplo, como ellos floto a la deriva en un océano, no se si quiero seguir o volver a puerto, debo afrontar, plantarme ante lo que viene y no arrodillarme como autovictima. Necesito replantearme el rumbo, probar otra constelación del horizonte y aunque siga perdido, antes o después encontrare tierra y una nueva vida comenzará lejos del origen. Es ahora mi misión, hoy Freedomland parte hacia un horizonte nuevo.
lunes, septiembre 26, 2005
sábado, septiembre 17, 2005
Gases
La jarra fría, húmeda, me observa con desparpajo, con seguridad, sabe que antes o después recurriré a besarla para probar su jugo etilico, yo desvio mi vista, su permanencia atenta me aturde. Los sinonimos huyen de mis neuronas, las palabras se esconden tras mi craneo, es casi imposible la coherencia, desaparecida practicamente la floritura. Los dedos alternan letras, el corazón bombea con fuerza palabras de sentimiento, de realidad presente, temporal, persistente en un mismo espacio, fluyen. Una pausa, nicotina, la jarra sin retirar su fulminate presencia me convence, mis labios se funden en cristal y el frio zumo de malta inunda la garganta, aun se relentiza mas mi escritura, las distracciones se suceden cada vez mas rapido...
Desde la utopica tierra...Freedomland, una noche mas, mañana sera otro dia.
miércoles, septiembre 07, 2005
Plumbum
martes, septiembre 06, 2005
Despertar
sábado, septiembre 03, 2005
Gaia. La diosa.
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